LA SUBIDA DEL IRPF Y DEL IBI

Dado el desfase entre el déficit esperado y el déficit que finalmente se conoció, se comprende la necesidad impetuosa de tomar medidas urgentes y drásticas; pero lo que no es de recibo es que se llevara a cabo el incremento en el IRPF sin tomar otras medidas referidas a la austeridad, tales como:

1. La supresión de una cámara tan estéril como el Senado.



2. La supresión o reducción a lo minimamente imprescindible de las Diputaciones.



3. Supresión, y no reducción, de las subvenciones a sindicatos, organizaciones empresariales, partidos, fundaciones, organizaciones varias, etc



4. Limitación de coches oficiales, móviles, tarjetas de crédito, dietas, ipads y múltiples privilegios de altos cargos a lo mínimamente imprescindible.



5. Supresión o privatización de las televisiones públicas.

Si tras tomar medidas como las expuestas, aún es necesario aumentar la presión fiscal, entonces tendría una mayor justificación. Pero el modo en que se ha hecho causa verdadera indignación.